Entrevista con el equipo de Enredadera Editorial

Enredadera

En esta ocasión tuvimos la oportunidad de conversar con Ana María Jaimes y Malory Camargo dos de lxs tres editorxs y fundadorxs de Enredadera Editorial. En esta entrevista nos cuentan cómo, desde sus días universitarios, comenzaron a gestar la idea de crear su propia editorial.  Nos comparten los retos iniciales, las lecciones aprendidas y su compromiso con una visión editorial que desafía las convenciones. Cuentan con títulos como Río arriba, río abajo de Candelario Obeso, Me queda la palabra de Alfonsina Storni, Isla del Gallo de Juan Ignacio Chávez, Realidades ópticas de Lucrecio y Vicente Huidobro, 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat y El fuego fatuo de Pierre Drieu La Rochelle.

  1.  ¿Qué las motivó a fundar una editorial independiente? ¿Cómo fue ese proceso inicial?
Nosotros somos tres. Ana María, Gabriel, que no está presente y yo, Malory. Los tres estudiamos literatura, nos graduamos en el 2018 y desde que nos graduamos como que siempre tuvimos en mente armar un proyecto, pero no teníamos claro qué forma iba a tener ese proyecto y luego nos dimos cuenta de que siempre estábamos hablando de libros. Duramos un año, más o menos, dándole vueltas, viendo qué editoriales habían, qué hacían, cómo podía cuajar la idea que nosotros teníamos del catálogo y ya después de ese año, de búsquedas y de intentos, como también del nombre, el logo y todo eso, lanzamos la editorial en marzo de 2019. Ahí comenzamos con la editorial. En la universidad tuvimos clases de edición que nos ayudaron a contextualizarnos, aprender un poco sobre los procesos, sobre el contexto de la edición en Colombia en ese momento. Y esto marcó un interés muy fuerte en la edición. Creo que la idea de tener una editorial fue muy temprana, pero lo que no teníamos muy claro era la parte de pensar un nombre y la personalidad que iba a tener la editorial. Eso fue lo que más tiempo nos tomó.
El plan de publicación era muy centrado en las ferias en ese momento. Habíamos pensado como mínimo dos novedades al año, una novedad que saliera para FILBO y otra novedad que saliera para la Fiesta del Libro en Medellín. Y ese primer año se cumplió. Entonces, sacamos Río arriba, río abajo en marzo y para septiembre sacamos Me queda la palabra, que fue nuestro segundo título. En enero empezamos a tener la idea del tercer libro, comenzamos a discutirla y entramos en pandemia. Eso hizo que los procesos se ampliaran, porque igual nosotros, digamos que hasta ese momento habíamos manejado los procesos como muy rápidos. O sea, en realidad sí hacíamos todo muy rápido, pero pues también por desconocimiento porque estábamos hasta ahora empezando.
2. ¿Qué desafíos enfrentaron al comenzar y cómo los superaron?
    Nosotros desde el momento cero el asesoramiento que tuvimos era para que nos constituyéramos y empezáramos formalmente.  Entonces, digamos que eso implicó para nosotros un reto muy grande a nivel administrativo, porque nosotros estudiamos literatura, en realidad teníamos muy poca experticia en esos temas, esto significó empezar a empaparnos en todo eso, igual fue muy difícil, fue un aprendizaje muy duro, la verdad, y yo creo que eso fue como el mayor reto, a pesar de que en edición teníamos la noción de costos y todo eso, siempre estuvo muy enfocado en la producción, pero no en los costos administrativos y ese fue nuestro talón de Aquiles cuando comenzamos. Yo creo que a la mayoría de los proyectos culturales les pasa eso, porque es una parte que uno obvia, o como que le parece muy aburrida pero que igual es algo muy central porque sin eso no se pueden hacer muchas cosas o se termina cayendo en errores que al final son plata.
    Otro de los problemas fue encontrar el lugar en dónde imprimir, porque antes eso para la gente era un secreto, era problemático saber en dónde imprimir un libro, por ejemplo, teníamos como eje de referencia espacios en Ricaurte como puntos de impresión, pero esos sitios son más para imprimir materiales gráficos y cierto tipo de impresos. Con un libro es muy distinto, porque es un proceso muy complejo que requiere de un armado plegable, entre otras cosas. Creo que al principio es un poco acomodar y desacomodar para dar con buenos lugares para imprimir. Por eso al principio nos costó un poco dar con buenos lugares. Y además como los tres éramos literatos, y digamos, yo tenía nociones de diagramación y diseño editorial, pero nosotros nunca habíamos enviado a imprimir nada, ni un folleto. Entonces, eso fue también un reto muy grande al nivel ya de llevar un libro a la materialidad.
    3. ¿Cuál es la misión y visión de la editorial? 
    Yo creo que nosotros en medio de nuestra ignorancia hemos sido muy sabios buscando nuestra propia forma de hacer las cosas, nos hemos dado la oportunidad de explorar literalmente qué es publicar un libro antes de ponernos a editar gente. Empezamos haciendo rescates pero proponiendo algo muy nuestro; que no fuera tomar un manuscrito y publicar una edición que no se consigue, sino que esa nueva publicación, desde el texto ya viejo, por decirlo de alguna forma, tenga algo de novedad y eso nos ha permitido pensar mucho sobre qué hace que un libro sea una novedad. Entonces es muy chévere ver las diferentes formas en las que se puede editar un texto, no necesariamente tiene que ser algo muy de buscar novedades y las nuevas voces, que es súper importante que se haga, pero creo que darse la oportunidad de hacer que un texto que ya se consigue tenga algo de novedad y que la gente quiera comprar un libro que igual pueden encontrar en internet, creo que es como la base de toda editorial independiente, si uno no sabe hacer eso es muy difícil mantener un proyecto editorial. Ahorita con Ignacio Chávez el autor de Isla del Gallo fue muy chévere porque el texto él ya lo había publicado pero no estaba muy cómodo con lo que se había hecho en cuanto al tratamiento editorial que tuvo la publicación, entonces fue como revisar un texto y hacer una novedad de un texto igual nuevo. Ahorita estamos trabajando con un autor que está haciendo el texto en tiempo real, es un proceso muy distinto y es muy chévere poder transitar los diferentes caminos de edición.
    4. ¿Qué criterios utilizan para seleccionar los libros y autores que publican?
    Principalmente lo hacemos por nuestro gusto y porque eso que nos gusta tiene un trasfondo. No es tanto un criterio que se pueda homogenizar. También hay que pensar en que somos tres personas que tienen un gusto muy distinto, pero que logramos encontrar algo que nos guste a los tres porque hay como una idea detrás que podemos desarrollar y lo que termina asegurando que va a estar en el catálogo es que hay algo y podemos trabajar sobre eso. Si hablamos de géneros, en la mayoría hemos trabajado poesía pero no es que nosotros tengamos ese lineamiento, sino que las cosas se van dando así y además, los tres siempre hemos estado de alguna u otra manera más ligados a leer poesía pero nos gusta también la prosa, es decir, en el catálogo tenemos el diario de viajeuna novela. Pensándolo a nivel de género uno puede decir la línea editorial de Enredadera es o está cercana a tal, pero no nos guiamos por eso. A nivel estético no siento que tengamos una afiliación a alguna narrativa, en realidad estamos muy abiertos, si nos llega algo que esté en prosa o en verso y nos gusta, muy seguramente vamos a querer trabajar en ello.
    5.  ¿Podrían compartir alguna historia especial o significativa sobre uno de sus autores o libros publicados?
    Podríamos hablar de 5 metros de poemasfue un proyecto pandémico, estábamos en la pandemia pensando en qué títulos publicar y eso fue una sugerencia que llegó a la mesa y dijimos veamos qué podemos hacer con ese libro. Inicialmente nosotros pensábamos que iba a ser más sencillo porque en realidad el libro no es como que tenga muchas páginas y se terminó expandiendo mucho porque nosotros participamos en un proyecto del distrito en alianza con la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y ahí tuvimos una mentoría sobre el diseño editorial de ese libro y tuvimos que hacer prototipos. La particularidad de ese libro es que en el momento de su primera publicación, la hechura estuvo a cargo literal del autor, él eligió las tipografías y decidió cómo iba a ir armado el libro, eso fue muy temprano y lo hizo en Perú. El plan que teníamos era replicar esa edición en formato cuadrado y después nos dimos cuenta en esa mentoría que teníamos que alargar el formato, entonces terminó siendo apaisado verticalmente y le agregamos unas ilustraciones pero entonces fue todo un reto porque es un libro de cinco metros y siempre habíamos trabajado el libro de pegue rústico normal y en ese caso era un friso, el cual fue un aprendizaje grande para todos, en la búsqueda de tipografías, en el diseño de la caja y luego en la manera en la que íbamos a armarlo; por eso fue un proyecto muy chévere para la editorial.
    6.  ¿Cómo ven el estado actual del mercado editorial independiente colombiano? ¿Qué oportunidades y retos encuentran?
    La mirada que nosotros tenemos es de estos últimos cinco años y para nosotros sí ha sido un poco de crecimiento, pero de un crecimiento raro, o sea, cuando hablo de crecimiento me refiero a ferias regionales o locales y el fortalecimiento de las becas, ese tipo de aparición de momentos en el año en el que el libro tiene un protagonismo. A nivel de eventos ha sido duro porque nosotros tenemos una visión muy particular, digamos, el primer año tuvimos dos libros, después llegó la pandemia y todo se tornó borroso, raro, luego ya con la reactivación de la normalidad entre comillas, sí se ha sentido que todo sigue estando muy inestable y ver el panorama y poder leerlo me parece todavía muy complejo, cada día surgen proyectos pero al siguiente se acaban otros, no sé. También, cada vez es más fácil iniciar proyectos porque la gente está más abierta a recibirlos, a compartir lo que sabe y están más atentas a la edición colombiana, pero al mismo tiempo, no estoy tan segura de los datos, pero en cuanto al aumento realmente de los índices de lectura como que no pasa tanto, entonces por un lado hay un boom editorial pero al mismo tiempo eso no se ve tan reflejado en que la gente realmente esté leyendo bastante e incluso cuando se hacen estos rankings de los libros más vendidos en Colombia rara vez está ahí alguno de una editorial independiente, por ejemplo; entonces creo que igual seguimos siendo algo muy de nicho, está chévere la diversidad que hay ahora, todas las propuestas que hay en las ferias pero igual sigue siendo una pequeña burbujita. Por ejemplo, la FILBO tiene muchos problemas y se supone que es el espacio más amplio para la divulgación del libro y de todas formas las editoriales independientes están como muy relegadas con los conglomerados en los mil pabellones que tienen libros baratos, entonces sí hace falta cuidar el ecosistema del libro acá. Y pues sí, se abren librerías pero también está Buscalibre y las otras editoriales que se resisten a estar en Buscalibre por lo que implica para las librerías pero hay otras que no, entonces hay una consciencia extraña del gremio en general, sin embargo están buenas todas las iniciativas que se están dando.
    7. ¿Cuáles son sus estrategias para mantener la sostenibilidad de la editorial a largo plazo?
    Yo creo que todavía estamos en la búsqueda de eso, nosotros llevamos cinco años pero igual nuestro ritmo de publicación es lento. En este momento tenemos seis libros en el catálogo y es complejo mantenerse, por eso hago hincapié en la respuesta anterior, a pesar de que sí se está creando y se está dando el ambiente para que aparezcan nuevos proyectos, librerías, ferias locales y regionales, mantener eso en el tiempo es muy complejo y hay que pensar en cómo mantenerlo porque también hay proyectos, por ejemplo el nuestro, llevamos cinco años pero no es que estemos sacando ganancias de ahí, nosotros sostenemos el proyecto y en realidad estamos publicando los libros de una manera en la que la editorial siempre tenga recursos para seguir imprimiendo pero no es como que nosotros digamos "uf, esto es súper viable", no hemos llegado a ese punto todavía, aún no tenemos ese plan de sostenibilidad. Es complicado, yo creo que muy pocas editoriales han logrado vivir del proyecto y es porque implica una inversión económica gigante y también es difícil mantenerlo en el tiempo. Se puede, hay proyectos que la lograron pero igual hay que seguir sin tantas expectativas al respecto para no desfallecer, también uno hace esto por gusto y sirve un montón para la vida profesional.  A su vez, el punto de esto es mirar los índices de lectura, la cantidad de librerías que hay en la ciudad y entender por ejemplo los plazos, es algo tan básico pero que cuando uno empieza en esto y está tan entusiasmado es algo que uno obvia mucho, entender que la plata aquí circula con lentitud, que los porcentajes también son matadores, es cuestión de informarse muy bien para tomar este tipo de decisiones, como formar un proyecto. Y también entender que hay otros circuitos de circulación, no siempre son las librerías y con eso me refiero más a que siento que se han dado estos otros mercados como gráficos y eso sirve bastante para mover las cosas, por ahí hay varias opciones. Sin embargo, los márgenes de ganancia son los mismos, muy bajos. 
    8.  ¿Qué consejo le darían a quienes están pensando en fundar una editorial o iniciar un proyecto editorial independiente?
    Es importante que cada quien vaya a su ritmo porque cuando uno se compara con lo que están haciendo otras editoriales, con el volumen de novedades y esas cosas por el estilo, es un disparo en el pie; se debe encontrar la forma de hacer las cosas que funcione para uno e ir organizándose de acuerdo a eso y así el proyecto va fluyendo. Por ejemplo, a nosotros nos costó renunciar a tener dos novedades al año y nos decimos cómo es posible que el primer año que no sabíamos nada lo logramos y ahora nos ha costado; todo es más de ir haciendo las cosas sin presión y a nuestra manera, ese sería el consejo más allá de hacerlo sostenible o no, que encuentren la forma de hacer las cosas no solo en lo práctico sino también en lo económico, que no sea un dolor de cabeza financiero, obviamente hay que invertir un poco para empezar pero que tampoco sea solo esa la motivación. Cuando uno hace estudios de varias editoriales independientes de aquí, ya uno empieza a tener en mente ciertos números como tirajes, novedades al año y todo ese tipo de cosas, y sí, uno sí debe tener en mente como un plan y una dirección pero uno debe encontrar bien las coordenadas de esa dirección. También les recomendaríamos empaparse mucho de la parte de impresión, conocer qué te ofrecen de papel los proveedores, qué tipos de acabados hay, dónde ir a imprimir y después tener claro porqué tu catálogo va a resultarle interesante a alguien o tú vas a una feria y pones una mesa con una o dos publicaciones porqué la gente se acercaría a esa mesa y se interesaría en eso que tú estás haciendo. Por un lado, tener claro lo que estás proponiendo a nivel editorial y por el otro, encontrar la medida de tu proyecto.
    9.  ¿Qué errores comunes creen que se deben evitar en el mundo editorial?
    Los errores ya en el proceso creativo y en la construcción del catálogo no son tan graves, uno aprende un montón de eso y es inevitable cometer errores. Para los que uno sí debe estar más preparado y vuelvo a lo administrativo, si uno se va a constituir se debe estar muy informado e intentar encontrar un buen contador, eso es vital porque no vas a esforzarte todo lo que te esfuerzas por mantener el proyecto sostenible y que después por un error de contabilidad o administrativo termines generando unos gastos terribles para la editorial. Por otra parte, también hay que ser muy conscientes de las particularidades de cada proyecto, no siempre se pueden manejar los mismos tiempos en todos los procesos, se debe ir afinando la visión respecto a todas las instancias que tiene cada proceso de hacer un libro y tener en cuenta las características de cada publicación para ajustarlo a su medida.
    10.  ¿Cómo ven el futuro de la editorial? ¿Qué esperan lograr en los próximos años?
    Ahorita estamos trabajando en un libro que esperamos que salga a inicios del próximo año y a nivel de catálogo no es que tengamos una planeación a largo plazo, vamos trabajando en proyectos, algunos te demandan cierto tiempo y nosotros en este momento ya no nos sentimos con el afán que en un principio sí respecto a organizarlo para las ferias o así, por eso ahorita es algo más de lo que nos pida el proyecto y fluir con eso, continuar teniendo un espacio de exploración y de otras formas de hacer crecer el catálogo.
    Por Juanita Arango y Manuela Delgado
    

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