Lo curatorial entre la literatura y el diseño

Malevo Editores

Desde su nacimiento, Malevo Editores ha trazado un camino propio en el mundo editorial, apostando por voces y propuestas que desafían lo convencional. Con una identidad clara y una visión que combina pasión, riesgo y una fuerte conexión con sus autores y lectores, esta editorial independiente ha logrado abrirse espacio en un medio lleno de desafíos. En esta conversación, los editores de Malevo nos cuentan cómo y por qué crearon el proyecto, qué los motiva a seguir en este oficio, cómo han enfrentado las dificultades del sector y qué aprendizajes han acumulado en el camino. También nos revelan historias detrás de los libros que han publicado, su forma de entender la edición y sus planes para el futuro.

 

  • ¿Cómo nació Malevo Editores? ¿Hubo algún momento, libro o experiencia específica que los llevó a decir "tenemos que crear una editorial"?

Juan: Bueno, Malevo Editores nace en el 2018. Alex y yo estábamos en Santa Cruz de Lorica y nosotros habíamos estado pensando en hacer un libro de sueños, pensando en lo que más adelante sería Noctuorio. Pero a mí se me había metido en la cabeza arrancar por un libro de fotonovelas, principalmente también por los costos que se iban a bajar. Estando allá en San Antonio ya dijimos, "Bueno, hagámosle". Estábamos los dos despechados y entonces se nos ocurrió un libro de amor y traición. Y nada, en ese momento, Alex también aplica a FILBO Emprende y fue bien interesante porque Alex se formó como editor con FILBO Emprende y, al mismo tiempo, yo hice un curso de cómo hacer libros con María Jimena Sánchez y Andrea Triana en la Universidad de Los Andes, entonces ya estábamos un poco más preparados. 

Así nació la editorial. Fue bien interesante porque empezamos con ciertos conocimientos que nosotros nos hemos podido dar cuenta que hay mucha gente que arranca como haciéndolo todo al revés y uno dice: "no, pero por qué no nos preguntaste si Alex es el experto en este tipo de procesos". Y bueno, para esa pregunta específica, así nace Malevo editores. 

Alex: Sí, ahí es súper importante y es que, con este proceso que Juan está enunciando, nos dimos cuenta que nosotros dos no íbamos a ser capaces con esto de hacer una editorial y, de inmediato, sabíamos que necesitábamos a alguien muy duro en el diseño editorial. Afortunadamente, Juan conocía a Silvana de tiempo atrás y cuando le enunciamos el proyecto –que ya era un poco una realidad después de haber pasado estos cursos que hicimos y ya tener el proyecto entre manos– invitamos a Silvana y ella está con nosotros desde que nacimos; es decir, Silvana es Malevo como tal. Entonces, los tres hemos estado batallando en esta quijotada durante todo este tiempo, complementándonos muy bien. De entrada, sabíamos que Juan iba a tener a su cargo la edición de todo lo que tuviera que ver con imagen y lo gráfico por su formación –él es fotógrafo y artista plástico–. Por mi lado, yo soy literato, entonces tenía claro que me iba a encargar como de todo lo textual. Desde un inicio, teníamos claro cuál era el norte de la editorial; y es que nosotros queríamos concebir, editar y publicar proyectos que cruzaran ese punto intermedio entre la literatura y las artes gráficas y visuales. Entonces, eso también nos ha dado unas posibilidades de crecimiento muy interesantes porque nosotros concebimos los proyectos, no solo los editamos, y eso ha sido muy chévere. Al haber tenido eso claro, y haber sumado al equipo a Silvana que se encarga de toda la parte creativa del diseño editorial, somos un equipo que nos hemos mantenido cinco años. Cada vez aprendemos más, nos queremos más y nos complementamos muy bien.

  • ¿Qué caracteriza a la línea editorial de Malevo Editores? ¿Qué los atrapa de un manuscrito, un proyecto, para incluirlo en el catálogo? ¿Qué vacíos o necesidades identificaron en el mundo editorial que quisieron abordar con Malevo?

Juan: Digamos que nosotros partimos de una forma muy espontánea dentro de esta idea de las artes plásticas y la literatura fue la de concebir nosotros el libro; o sea, realmente para nosotros como que esa es de las partes que más nos parecen bonitas porque es algo curatorial. Yo por ahí también estuve haciendo cursos de curaduría en la Universidad de Los Andes y pues esto es muy curatorial, ¿no? Es muy parecido a una exposición y nosotros nos clavamos, pensamos cómo va a ser el proyecto, qué nos gustaría y, cuando ya más o menos tenemos la idea, lo que hacemos es invitar. O sea, a nosotros hasta ahora nunca nos ha interesado como: “uy, encontramos una obra, ahora sí publiquémosla”, o una traducción… es lo que nosotros vemos que se hace mucho en literatura, ¿no? Aquí nosotros lo pensamos e invitamos y decimos “queremos hacer esto”, ”tú haz una parte de lo que te parezca”.

Hemos visto que eso ha sido novedoso, y nosotros lo planteamos de una forma muy espontánea. Así ha sido un poco el proceso y también ha sido todo un aprendizaje para todos. Digamos que el primer libro fue una cosa muy loca porque no pusimos parámetros, sino “queremos este tema, pongan las páginas que quieran, hagan lo que quieran”. Entonces, Silvana nos puede contar un poquito la maravilla de lo que fue el diseño editorial porque fue bien particular. Fue el más loco de todos en cuanto a todo; más abierto y más disperso.

Silvana: Sí, de pronto algo para sumar a lo que dice Juan y Alex, que creo que es como otro sello de la editorial, es poder que el libro sea este universo en el que pueden sumarse artistas, literatos y literatas de mucha trayectoria, pero también gente que está emergiendo, estudiantes de Juan, y creo que eso es como muy único de Malevo. No sé, yo no lo he visto en otras editoriales, pero sí siento que darles esa plataforma en donde hay varios lenguajes de personas que tienen un montón de experiencia y otros que no tanto, pero que tienen tremendo talento, también me parece importante de destacar.

Y nada, con respecto a lo que decía Juan, sí, pues nosotros estamos en un proceso dentro del proceso creativo y claro, el primer libro fue un libro que se hizo sin ningún parámetro desde el diseño editorial, fue más que el parámetro estuvo en la idea primaria y fue muy difícil de diagramar, puesto que no había parámetros, pero bueno, yo creo que logramos conciliar las ideas y el diseño editorial. Ya en el segundo libro, les habíamos dado unos parámetros mucho más rigurosos que le servían al diseño editorial y no coartaban la creatividad de las personas artistas que estuvieron invitadas.

Pero sí, hemos aprendido un montón del lenguaje de impresión, que es super ajeno al lenguaje artístico y literario que estamos acostumbrados las tres personas que hacemos parte de Malevo. Estamos en contacto total; nos toca ahora hablar con imprentas, entender el número de paginaciones, las tintas, etcétera. O sea, ha sido como un aprendizaje para Juan y Alex, pero ha sido muy bonito. 

Juan: Sí, ahora cada vez que arrancamos un libro, siempre es con Silvana: “Silvi, ¿qué parámetros planteas tú del diseño?” Y Silvana nos dice: "Vamos a hacerlo de tal forma y tal otra". 

Alex: Claro, ahí lo único que creo que ya se ha dicho, pero no de manera explícita y lo quiero hacer explícito, es que los tres libros que hemos publicado hasta ahora con Malevo han sido antologías; lo que implica que son muchos autores de escritura y muchos artistas vinculados a una misma obra. Entonces hay una pluralidad de lenguajes que se manejan en cada uno de los libros y a nosotros nos parece muy mágico ese proceso curatorial, precisamente porque les damos unos parámetros para que creen, pero con una libertad creativa dentro de esos parámetros. Una de las partes que más nos gozamos los tres es armando los libros porque nosotros intuimos qué nos va a llegar, pero no sabemos. Cuando uno llega a armar esos libros, el orden, cómo va, cómo lo introducimos, si tiene introducción o epílogo... Eso está siendo muy muy chévere. Esa particularidad también existe con Malevo Editores, que hasta ahora todos los libros han sido antologías, y eso se ve en el resultado como en el proceso. 

Juan: Una última cosa que quiero aclarar aquí. Bueno, primero que todo, también darle agradecimiento aquí a María Jimena Sánchez que nos ha apoyado muchísimo, sobre todo en los dos primeros libros. Fue nuestro gran apoyo, sobre todo en Nocturorio. Ella nos ayudó muchísimo. Pero lo otro también que queríamos mencionar acá, y que es muy importante porque sabemos que muchas editoriales nos critican un montón –no vamos a decir cuáles–, y es que Malevo Editores “se aprovecha de la gente porque no contrata, no paga regalías, no nada”, y es una figura que encontró Alex en en FILBO Emprende, también es una cosa muy abierta y nosotros somos muy transparentes. No es que no paguemos; sí, nosotros no pagamos en dinero, pero hacemos toda una retribución en libros. Y eso es válido; o sea, nosotros sí estamos reconociendo el valor de los artistas y lo que también buscamos es generar una comunidad. Nosotros nos reunimos por Zoom, charlamos, hacemos que todos se conozcan con todos, después hacemos reuniones, los llamamos, hacemos lanzamientos y esa es una forma que nos ha funcionado muy bien, ha sido novedosa y, al mismo tiempo, hemos tenido muchas críticas de muchas otras editoriales porque piensan que nos aprovechamos de la gente.

  • ¿Qué parte del proceso editorial disfrutan más y cuál les resulta menos placentera y más complicada de hacer?

Silvana: Yo disfruto todo el proceso, desde la creación hasta el diseño –voy a hablar por los tres y ustedes me corregirán– , pero el proceso de corrección es muy tedioso. Entonces, llega un punto en el que estás corrigiendo un documento que has corregido otras 200.000 veces y resulta complicado poder identificar cuáles son los errores de nuevo dentro de algo que ya habías visto. Entonces creo que lo que más nos cuesta –que no diría que es lo que más odiamos, pero lo que más nos cuesta– es el proceso de corrección después de la corrección.

Alex: Sí, es cierto, ese proceso es bien complejo. Además, quiero anotar dos cosas; dentro de los tres libros que tenemos hasta ahora, si tú te das cuenta, los dos primeros, el de Fotodramas y el de Noctuorio, tienen una prevalencia de imagen superlativa en cuanto al texto literario, mientras que el tercero, que es el que habla del Dr. Goyeneche, es mucho más texto. Entonces, claro, también los oficios de edición han cambiado dependiendo de los textos. Los dos primeros fueron mucho más visuales, teníamos que entrenarnos mucho en qué estaba pasando a nivel de imagen, pero en este tercer texto, el trabajo de corrección de estilo y del texto como tal fue superlativo y nos exigió otras competencias, otros tiempos, otros ritmos muy diferentes. Eso también fue muy chévere de encarar. Ahora bien, nosotros dentro del proceso editorial, Manuela, tenemos algo muy divertido, y es que, como anunciaba Juan, nosotros concebimos las obras. A mí lo que más me gusta  de todo el proceso editorial es que, como yo vivo en Santa Marta, entonces nos reunimos una vez al año con Juan en un lugar que se llama “La playa del ritmo”, al lado del mar y nos ponemos a hablar. Todos los tres libros, la idea, la concepción del libro, han nacido en ese espacio y para mí ese es el parche más chévere, como “bueno, y ahora qué vamos a hacer” y nos ponemos a botar ideas e ideas hasta que de pronto hay una que decimos: "hey, esta es”. Y yo siento que, desde Malevo, el proceso editorial comienza desde ahí y es lo que más me gozo. 

Juan: Hay una cosa con tu pregunta, Manuela, que también, bueno, está lo de Silvana, pero hay otra cosa, especialmente con los próximos dos libros que vienen, y es que los próximos libros han sido con becas. Y, uy, eso ha sido para mí, porque a mí me toca eso, y es los informes, los presupuestos, los cronogramas, estar mandando allá, acá… uy, eso es eterno. A mí no me afecta tanto porque yo me la paso aplicando a convocatorias más de artes plásticas y visuales y ya estoy un poco acostumbrado. Eso es otro nivel a veces. Eso sí es tedioso. 

Alex: ¿Sabes qué es pesado ahí también? Disculpa que meta la cucharada. Aparte de esos informes, una cosa de ser independientes es que nosotros mismos nos ponemos los tiempos, sufrimos para cuándo hay que entregar y para cuándo no, los temas … todo depende de nosotros. Ha sido muy chévere esa independencia, pero, precisamente, al ganarse becas, uno no solo tiene que decir en qué ha gastado el dinero, cuándo lo ha gastado y cómo lo ha gastado, sino que tiene que responder por tiempos, entonces las dinámicas nos han cambiado de una manera muy fuerte. Agradecemos tener esta comunicación tan interesante que hemos logrado con el tiempo porque muy seguramente, si no hubiera sido así, ya hubiéramos salido agarrados de pies y manos con esas presiones tan fuertes de estos dos proyectos que además nos llegaron el mismo año.

Juan: Sí, con respecto a eso, es que para nosotros también es muy chévere, de acuerdo a lo que dice Alex, que al ser independientes, nosotros podemos hacer lo que queramos y no tenemos nadie que nos diga si sí o no. Por ejemplo, en el caso del primer libro –que ha sido una discusión constante y una cosa muy álgida–, pues fue una fotonovela BDSM porno de Pablo Adarme y eso ha sido un rollo porque nos vetaron en muchos lugares, recibimos muchas críticas muy fuertes, pero yo le decía a Alex que con todo y eso, tenemos los libros en todos lados y se siguen vendiendo. Entonces es un poco eso, ¿no? Tipo política Alfred Hitchcock; él financiaba sus películas, nadie le decía que no, él podía hacer lo que quisiera. Así nos hemos sentido también un poco al no tener a nadie encima que nos diga qué sí y qué no. 

Silvana: Un poco para sumar a lo que dice Juan, yo creo que sí hay algo que nos condiciona, o un desafío, y es el papel. Hemos tenido momentos en los que tenemos que correr porque el papel en Colombia tiene un costo altísimo y, de un momento a otro, es como: “bueno, ya no nos podemos sostener a esto o, sino, se triplica” y entonces tenemos que correr. Creo que esos desafíos que tiene el mundo de la imprenta, del cual hablábamos al principio, sí condicionan un poco nuestra libertad y nuestros tiempos. Es positivo porque, de una u otra manera, sacamos los proyectos adelante, pero creo que sí, el costo del papel, y este relacionamiento que tenemos con las imprentas, es un desafío constante en todos los proyectos, ¿no? Es como: “bueno, va a subir el papel, toca sacarlo ya, si no, eso va a costar tres veces más o tenemos que hacer menos libros”, etcétera. No sé si ustedes están de acuerdo, pero claro, es todo un tema el papel para las editoriales independientes.

Juan: También con respecto al mercado, ¿no? Con respecto a Pablo Adarme y el mercado, Alex nos puede dar más luces. Después de Pablo Adarme también Alex dijo, "bueno, pues sí, chévere, pero también tenemos que pensar no tanto en qué queremos hacer nosotros, porque podemos hacer hasta un fotolibro porno, pero también pensar hacia dónde va el mercado”.

Alex: Claro, entendimos eso del mercado, que mal, que bien, sí, hacemos los libros que nos gustan, que pensamos que pueden pegar porque precisamente no existen y no vemos algo parecido, pero tampoco puede ser tan subversivo, sin pensar. Fíjate que ahorita un poco nosotros lo que le hemos dicho a los artistas de los últimos dos libros es como: "miren, ustedes tienen libertad creativa, pero ustedes mismos autorregúlense. Ustedes piensen que ustedes tienen un hijo y, si tuvieran ese libro en su casa, si les gustaría que lo abrieran o no. Entonces, cuando digan que no, porfa, no nos presenten eso. Lleguen hasta cierto punto, pensando en el mercado, precisamente”.

Alex: Yo no sé si tú alcanzaste a conocer, Manuela, pero a las afueras de Corferias en Bogotá, existía el café de Goyeneche, no sé si fuiste alguna vez. Ese lo cerraron más o menos por la pandemia, pero era muy usual en las ferias del libro que cuando algún artista o escritor, lanzaba un libro, uno se encontraba en la noche en el café Goyeneche. Ya era punto de llegada. Era una casa de tres pisos y estaba con todo lo que hubiera tenido que ver con Goyeneche y tenía en sus paredes afiches de las propuestas políticas de él. Yo conocí ese café hace como unos diez años y siempre me causaba mucha risa que hubieran existido personajes como este. Claro, yo crecí con Regina 11, con “Dejen jugar al Moreno” y con otra cantidad de personajes bastante particulares dentro de la política nacional, pero este me llamaba mucho la atención y siempre dije que quería hacer algo con él, que sería muy interesante poderlo hacer. 

El año antepasado, cuando concebimos el libro, estábamos hablando con Juan y nosotros tenemos una idea –que creo que por ahí en dos años ya llegará a los anaqueles del Colectivo Huracán–, que en ese momento pensábamos que iba a ser el libro, pero no nos salía. Había algo con esa otra idea y yo de pronto le dije a Juan: "oye, pero ¿por qué no intentamos hacer un libro de ficción?" Y él se me quedó viendo. “¿Pero cómo así de ficción? ¿Qué es lo que tiene que ver con Malevo?" Yo le dije "Sí, pensemos qué pasaría si el Dr. Gabriel Antonio Goyeneche hubiera sido presidente y sus propuestas fueran una realidad". Entonces él “¿pero cómo así con el Dr. Gabriel Goyeneche? ¿Es este mismo?” y yo “¿cuál mismo?”. Entonces él me contó que él también había querido hacer, pero desde el arte, un proyecto. Si quieres, cuenta ese pedazo, Juan, que yo no me sé muy bien lo del proyecto artístico que querías hacer con Goyito.

Juan: Sí, pues más que eso. Digamos, a mí se me había ocurrido en algún momento, pero lo bonito, más que eso, es que yo sabía de él porque mi mamá fue amiga de Goyeneche. Goyeneche, para los que no conocen al Dr. Gabriel Antonio Goyeneche, lo muy poco que se sabe es que nació a finales de 1800 y se sabe que fue maestro de escuela en algún momento. Después pasó por el manicomio de Sibaté un tiempo y, cuando salió, llegó a la Universidad Nacional, le dieron una piecita en la Facultad de Veterinaria donde vivía, imprimía sus propias propuestas y las vendía por dos centavos en la entrada de la universidad a los estudiantes. Mi mamá siempre lo invitaba a tomar café y me decía que él siempre estaba elegantísimo con la ropita toda roída, pero que era elegantísimo e inteligentísimo. Mi mamá me decía que uno hablaba con él y era brillante, hasta que comenzaba a contar sus historias y uno se daba cuenta que pues por ahí le faltaba un tornillo o le sobraba uno. En medio de todo, es bellísimo porque es muy lúcido y es muy cultura latinoamericana. Esa es un poco la anécdota super bonita que conocía y, hace poco, en MercadoLibre, encontramos que vendían una foto de Goyeneche en Sibaté. Entonces, pues ahí tengo la fotico, la conseguimos y es foto de archivo del periódico El Espacio. Es bellísimo.

Alex: Mira, Manuela, que hubo también algo muy lindo y es que cuando concebimos la idea tuvimos algo claro, y es que no queríamos centrarnos en la locura, sino que realmente queríamos hacer un texto que le rindiera honor a este personaje, porque nosotros desde Malevo lo queremos, nos parece un ser que tiene poesía en sus propuestas y con lo que hacía. Entonces, era darle un poco una visión diferente a ese personaje que además es muy bogotano, ¿sabes? Fuera de Bogotá casi no se conoce mucho. De pronto te ha pasado en las ferias cuando el libro se lleva del país: “pero venga, cuénteme cómo es este personaje”. Entonces, sí, queríamos brindar un homenaje con relación al mismo. 

Mira que con este libro, si quieres que te cuente una anécdota, hilando un poco con lo que nos pasaba con Silvana, nos dimos cuenta de algo muy extraño, Manuela, porque nosotros, como trabajamos con varios artistas y varios autores, siempre trabajamos con alguien de universidad, y ojalá que estén en primeros semestres, porque la idea es que comiencen a sentir el rigor creativo para que sea algo real. Además que el nombre de estos grandes artistas o escritores pues apalanquen a este nuevo personaje que está apareciendo en la escena nacional, nos parece super bonito. Pero imagínate que con este libro estuve buscando en diferentes universidades del país y no, para mí fue impresionante, es decir, a mí me hubieran propuesto eso cuando yo estaba en primero o segundo semestre, yo me voy de una, pero es ver cómo ha cambiado el pensamiento de los chicos, puede que esté bien, puede que esté mal, no lo estamos juzgando, simplemente fue como: “mira, qué raro”. Me dijeron que ellos no iban a participar en una antología, que ellos querían que fueran publicados en un texto solo para ellos, pero sin haber hecho nada, simplemente estudiantes de primero y segundo. Ellos querían algo para sí solos, pero el asunto es que dijimos: "no, pues para este libro no podemos tener estudiantes si están con esas pretensiones sin haber hecho nada". Eso fue un golpe bien fuerte que nos dimos en este libro de Goyeneche.

Juan: Por un lado querían que les imprimiéramos todo y la otra era que nunca asistían a reuniones. Lo otro también fue el diseño que, uno lo piensa, pues un libro de texto es mucho más fácil de hacer y todo, pero a nivel de diseño también fue un reto para Silvana, en especial la cubierta.

Silvana: Sí, yo creo que, sobre todo, ahora con el último –que no sé si ya podemos hablar sobre el último–. Era un libro con poco texto y mucha ilustración y nos costó, yo aprendí muchísimo en este último proceso que es un libro para la niñez, tiene unas particularidades de texto, de imagen, etcétera. Y después con Goyo también. Claro, había mucho texto y ahí pues el proceso de revisión editorial que lideró Alex fue largo porque era leer un montón de textos, revisarlos … que un punto, que una coma, o sea, cualquier cosa puede cambiar lo que dice o lo que quiere decir el o la autora. Entonces, nada, sí fue complicado.

Después también vino todo el proceso de la carátula. Invitamos a una de las artistas y después, por cosas de la vida dijimos: "no, esto no nos convence". Entonces, pues nos reunimos Juan Alonso, Alex y yo a tratar de botar ideas y bueno, siempre hemos encontrado dentro de la diferencia una coherencia extraña y ahí trabajando en la editorial logramos sacar la carátula, pero sí fue complicado, ha sido complicado. A veces trabajar con varias personas es difícil también; sus tiempos, sus formas de expresión, etcétera. Pero bueno, creo que hacemos un buen equipo aquí las tres personas presentes.

Juan: Hay una cosa y es que yo no me acuerdo si fue Edgar o fue María Jiménez Sánchez quien en algún momento nos dice que la cubierta es de lo más esencial porque es lo que vende. La persona ve eso y tiene que ser una cosa super atrayente, y pues en eso sí Silvana ha sido impecable, o sea, nosotros realmente valoramos todo el trabajo de Silvana, las cubiertas son tremendas. Nosotros vamos, vemos otras cubiertas y uno dice: "uy”. A veces pueden ser libros tremendos en sus páginas interiores, pero si la cubierta no es lo suficientemente potente, no. Y nos fascina esa cubierta de Goyito que logramos hacer. 

  • ¿De dónde viene el nombre Malevo? Porque el nombre tiene una connotación muy distintiva y muy poderosa. ¿Qué representa para ustedes y cómo conecta eso con la editorial?

Alex: Llegamos a ese punto en que había que nombrar lo que uno había creado. Yo ahí entiendo cuando uno es papá o mamá, me imagino como: “ bueno, ya creé al hijo, ahora nombrémoslo”. Eso es muy difícil. Y, como todos, dijimos una cantidad de posibilidades de nombre hasta que llegamos a este lunfardo que escuchan en el sur del continente, sobre todo en el tango. Nos acordamos de una palabra que en uno de los tangos la utilizan mucho y es el malevaje. Y es como que el malevaje es todo lo del bajo mundo, lo malo, lo feo, lo dañino, sí, viene de allí pero no solo eso, sino que es una persona pícara. El malevaje es esto que también es sabroso. Pero malevaje no nos sonaba, de pronto nos enteramos que eso también se podía convertir en malevo. No era solo el verbo, sino también podía ser un sustantivo de persona. Dijimos: "oye, malevo suena tremendamente sonoro y metido con editores, es una combinación muy interesante”. Entonces, en algún momento dijimos: "no, pues bacano porque de pronto la gente piensa que podemos ser los chicos malos de la edición”. Después nos hemos dado cuenta que somos los chicos brutos de la edición porque cometemos mil y un errores. Pero vamos aprendiendo y aprendiendo. Pero creo que lo que más nos impulsó fue la sonoridad, más que la connotación que tiene dentro del lunfardo esa palabra, sí.

Juan: Pero ahí hay otras dos cosas y una es, digamos, nosotros pensábamos un montón de nombres y Malevo nos gustaba, pero la gente nos decía: "pero Malevo, ¿eso qué tiene que ver con Colombia? Pues eso no pertenece a Colombia, a la cultura” y nosotros pensamos y después decíamos, pero pues qué. Ahí está Illya Kuryaki and the Valderramas, ¿qué tiene que ver Illya Kuryaki and the Valderramas en Argentina? Entonces decíamos: "No, es supremamente sonoro”. Apenas arrancamos, yo hice un super logo horrible, entonces llegó Silvana que ya nos cuenta y fue muy bonito porque Edgar Blanco nos dijo en FILBO  Emprende “uy, ese logo y ese nombre me impactaron de una”.  

Silvana: Fue hace mucho tiempo. Ni siquiera me acuerdo del logo que hiciste, Juan. Fue hace muchos años, cinco años ya. Pero sí tenemos un trabajo muy en llave, sí siento eso en Malevo. Fluye más si estamos las tres personas y no es solamente en el diseño editorial, sino en la lectura, en la edición, en la escogencia de los artistas, de todo. Somos muy críticos y lo hacemos con mucho amor, entonces como que queremos que todo salga muy bien. Entonces hacemos varias reuniones, por ejemplo la portada de Noctuorio, que casi no sale, duramos aproximadamente unos seis meses y bueno, resultó siendo lo que hoy es. Pero yo sí creo fervientemente que este es un proyecto colectivo y que las cosas funcionan porque estamos estas tres personas que hacemos parte de la editorial. 

Juan: Uy, sí, ese es es complejo. En Noctuorio, pues yo hago dibujos e ilustración y yo había hecho un montón de dibujos y no, no la lograba. De un momento a otro, llegó Silvana y dijo “miren”, y estaba ahí la ilustración perfecta, todo funcionaba. También lo que dice Silvana es que nosotros nos llevamos super bien, somos seres humanos y pues a veces tenemos roces, cosas que no logramos, pero, en general, ha sido un trabajo muy cordial. Ya llevamos cinco años, hemos podido manejar todo súper y además somos muy grandes amigos y nos queremos mucho. Entonces eso hace que podamos trabajar, sobre todo, a presión en los trabajos que vienen. La presión ha sido también difícil y lo hemos podido pilotear.

  • ¿Qué consejos le darían a las personas que quieran iniciar con su editorial? Y, por último, ¿qué planes se vienen para Malevo en el futuro? 

Alex: Lo que a nosotros realmente nos ha servido mucho para que Malevo siga existiendo es que cuando concebimos Malevo nunca pedimos vivir de Malevo. Sé que va a llegar el momento en que eso va a pasar, nos estamos perfilando para allá, queremos que pase y va a pasar. Pero no le pusimos la presión a que Malevo nos tenía que dar de comer a los seis meses o el primer año. Yo siento, por muchos colegas que se han metido al mundo, que le ponen esa presión a los proyectos y eso se convierte en un martirio, porque es que es muy difícil el mundo, es muy difícil vender libros y más vivir de ellos. Entonces casi que el primer consejo que yo me atrevería a dar por experiencia propia es, oiga, chévere, creen la editorial, hagan sus libros, pero no le pidan que los mantenga, sino hasta tiempo después. Antes de correr, caminen y gateen. Primero, aprendan a hacer libros y luego sí quieran vivir de ellos. Ese sería uno de los consejos más importantes que daría. 

Hay otra cosa que nos ha pasado y es que uno pensaría que hacer un libro en pasta dura es lo mismo que hacerlo en pasta blanda. Y ese es uno de los aprendizajes más fuertes que hemos tenido ahorita, porque nos cambió completamente el universo. Esto de entender las guardas, las paginaciones, es una locura. Lo más lógico es que si íbamos a hacer un libro en pasta dura nos hubiéramos metido a estudiar qué era hacer un libro en pasta dura antes de ponernos a hacerlo sin saberlo. Entonces, gastamos una cantidad de tiempo, gastamos una cantidad de energía y nos tocó aprender sobre el proceso. Sí es como oye, si vas a hacer un libro sobre ciertas características, chévere que de pronto puedas aprenderlo antes. Hay veces en que este proceso ha sido tan divertido porque nosotros no estudiamos como tal algo de edición, digamos, la más es Silvana que estudió una línea de diseño editorial, pero de resto ninguno tiene una formación específica para ser editor. Entonces hay muchos temas que nosotros ahorita ya manejamos al dedillo, pero que no conocíamos. Ha sido chévere el proceso, pero ha sido un poco tortuoso que tal vez de pronto hay gente que no tiene ni el tiempo, ni la paciencia, ni las ganas de aguantar, de aprender en el proceso. Entonces, sí, chévere que lo investiguen antes. Esos serían mis dos consejos. 

Silvana: Algo que tiene que ver con lo que dice Alex, que creo que sería como de las cosas que yo aconsejo, es ir a las imprentas y conocer los papeles, conocer los procesos de impresión, las máquinas que imprimen, cuáles son las diferencias, las tintas, los pantones. Conocer todo este lenguaje que yo decía que antes era super ajeno a nosotros y ahora pues no sé si lo manejemos super bien, pero entendemos un poquito más, porque para concebir un libro es necesario entender ese lenguaje, entender los materiales que existen, cuánto cuestan, cuántas páginas tiene que tener un libro para que pueda estar dentro de una plancha. Entonces, yo creo que eso sería como el consejo, ¿no? Visiten las imprentas, vayan con una asesora o un asesor que les sepa guiar y explicar cuáles son las diferentes formas de imprimir, los diferentes papeles y todo eso. Creo que ese sería un gran consejo para una persona que va a empezar a hacer libros.

Juan: Ya lo último digamos que, bueno, por un lado, lo que hablamos es en cuanto a esa idea de Malevo de lo que plantea Alex y es que, en este momento, nosotros tenemos la ilusión de que el dinero que entra pueda llegar a solventar el siguiente libro, ¿no? Para nosotros ese es el punto ideal en este momento de nuestra vida. No estar todo el tiempo gastándonos nuestros sueldos que ganamos en otro lado en esto. Yo creo que ya casito.

Lo otro es también, por favor, no arranquen con una personería jurídica. Arrancan muchos con personería jurídica, entonces ya les toca encima de solventar el libro, pagar contadora, hacer informes, no, por favor. Y otra cosa es que a veces las personas tienen como unas ideas y quieren en serio que sea comercial y que se venda y a veces toca como un jefe decidir será que esto sí o no. 

Y sí, lo de formarse es complicado. No hay un sitio donde a uno lo formen como tal. Está ya en la Caro y Cuervo, pero de resto no. Digamos que yo volví con María Jiménez Sánchez y Andrea Triana porque me dieron un curso, creo que eran 54 horas el curso y eso nos ayudó muchísimo. En el proyecto final, cada uno hizo una risografía en librito super bonita, pero no es un curso que lo estén presentando todo el tiempo, entonces también faltaría eso.

Lo otro que menciona Silvana, rápidamente, es preguntar por las planchas y es que si sobra dependiendo de la imprenta. La mayoría tienen medio pliego y, por ejemplo, Panamericana tiene pliego entero. Nos decía María Jimena Sánchez, "Metan que todas las hojas les ocupen eso porque si no, no cuadra, el desperdicio de papel es enorme y eso es plata que ustedes están perdiendo." Entonces, nuestros libros típicos de Malevo siempre tienen el mismo tamaño y están pensados tal cual para que quepan en una plancha de un pliego.

Eso por un lado, por el otro lado, la otra pregunta, ahorita se vienen dos libros, yo hablo de uno, Alex habla del otro. Fotocandela es un libro que va a salir en enero, febrero. Lo mismo de siempre, llevamos un año haciéndolo y no lo hemos acabado. Este libro se hizo con una beca de cultura local de la Candelaria 4.0 de la Fuga y la Alcaldía Menor de la Candelaria y es un libro sobre fotonovelas de la Candelaria. Para este, a diferencia de Fotodramas, Silvana dijo, "No, vamos a hacerlo con tales parámetros." Entonces ya pusimos unos parámetros claros. Va a ser un libro gordísimo, va a quedar más o menos de 300 páginas. El libro va a ser también con textura amarilla como las fotonovelas originales, pero pues no Earth Pack, sino ahora va a ser de este papel cálido que durante un buen tiempo estuvo agotado que ya otra vez está. Entonces nada, ahí les hago el spoiler, va a salir en enero, febrero y es un libro que está quedando también súper bonito. 

Va a haber ahí como unos talleres que se hicieron para crear fotonovelas donde se les dieron diferentes talleres a los participantes financiados por la beca, un taller de patrimonio de la Candelaria, otro de guion literario que lo dio Alex, otro de cine que lo dio Iván Sierra, otro de diseño editorial que lo dio Silvana, otro de generación de cómics por Gusanillo y uno de fotografía por aquí por este servidor. Y ahí también invitamos a artistas externos que nos hicieron los talleres. Entonces no, ese libro está también una bomba. 

Silvana: Creo que los parámetros sirvieron para poder organizar el libro que es re importante, por ejemplo, la paginación que va encima de algunas fotografías. Entonces sí, no ponerle paginación, o sea, claro, concebir una idea desde el inicio también implica que haya una responsabilidad en el diseño editorial para que precisamente una paginación no dañe una fotografía, por ejemplo. Entonces, nada, me está quedando muy bonito así tal cual. Como dice Juan, va a ser el más grande que tenemos, y tiene unas imágenes increíbles de la Candelaria. De verdad que a nivel fotográfico es muy hermoso. Bueno, también otra cosa que dijimos fue que ya está la tipografía desde el principio, entonces no se ve como una mezcolanza de tipografías, sino que hay una unidad tipográfica que es muy importante para que sea coherente y bonito. Entonces nada, creemos que sí va a ser muy hermoso.

Alex: Hay algo ahí muy interesante, también como como cuña, y es que nosotros en algún momento pensamos que las posibilidades de la fotonovela iban a morir en Fotodramas. Pero ahorita con este libro nos estamos dando cuenta de que las posibilidades de la fotonovela son infinitas y más cuando el 99% de los artistas que participaron no conocían una fotonovela. Entonces fue desde la educación de qué es la fotonovela y ha sido también un descubrimiento muy interesante para Malevo poder dar a conocer este lenguaje, hacer talleres sobre él y queremos seguir investigando mucho sobre las posibilidades de la telenovela para contarnos nosotros desde Latinoamérica. Está siendo muy rico el asunto.

Juan: Sí, ahí dentro de la investigación que habíamos hecho previa, que eso por allá Ricardo Muñoz Izquierdo nos mandó ejemplos hasta de pornonovelas con actores actuales de películas porno, pero pues encontramos las revistas de La 40, que es un proyecto de Lucas Ospina con estudiantes tanto de Arte como de Derecho, donde ellos hacen proyectos con el grupo de teatro de La Modelo, que se llama La 40, y sacan unos libros super bonitos donde explican a través de fotonovela y de textos los derechos de los reclusos. Y esas son fotonovelas bellísimas. Entonces, para contarles que nosotros estamos muy felices y es que también Lucas Ospina nos va a prologar este libro de Fotocandela y es un prólogo bellísimo. 

Alex: El otro libro que se viene, Manuela, nos tiene igual de contentos que Fotocandela porque es el resultado de los estímulos del Ministerio de las Culturas del año 2024. Nos ganamos la beca de creación en el área de literatura. Y este va a ser un libro álbum, va a ser un libro dirigido para niños. Es un libro que nos presentó unos retos impresionantes, comenzando por lo que ya te dije anteriormente y es que esto va a ser pasta dura. Siempre habíamos hecho pasta blanda y la concepción fue muy diferente, pero muy enriquecedora entender cómo se hacía. Segundo, porque es un libro en el cual yo soy el autor del texto, Juan es el editor, Silvana es la diseñadora editorial y uno de los artistas que había participado en Noctuorio es el ilustrador de este nuevo texto. Entonces, también fue un poco reacomodarnos nosotros mismos. Yo, entender cómo era que Juan me estaba editando a mí y yo tomar el papel de escritor y decir, "Ok, en esto no soy editor”. Fue bastante retador el asunto. 

Fue un proceso muy complicado porque nosotros pasamos la propuesta en marzo del año 2024  y el Ministerio debía dar los resultados en mayo para que nosotros tuviéramos todo el segundo semestre para hacer realidad el proyecto, tanto presupuestalmente como creativamente, porque es un proceso. Ellos premiaron un proceso en desarrollo, el libro no estaba terminado, apenas estaba el texto pero no las imágenes, una cantidad de cosas.

El Ministerio dio los resultados la última semana de agosto. No en mayo, sino en agosto. Entonces, nos reunimos en septiembre y nos dicen, "Chicos, felicitaciones, ustedes han sido los ganadores, pero lo que era para hacer en seis meses, lo tienen que hacer en dos meses". Entonces, Manuela, fue hacer un libro que estaba proyectado para seis meses hacerlo en dos meses, que terminó siendo un mes y medio porque mientras uno arranca es un mes y medio para hacer un proyecto de seis meses. Eso fue un reto, una locura, además que, te anticipamos varias cosas. No solo va a ser el primer libro álbum de Malevo Editores, no solo va a ser el primer libro enfocado en la niñez. Va a ser en español, en creole, que es la lengua que se habla en San Andrés porque la historia es sanandresana y en inglés. Pero aparte de eso también hicimos un audiolibro porque es un texto que va a estar leído en creole por un niño de San Andrés y además tiene prólogos de una mujer que está haciendo la gramática de la lengua creole para escribirla y de una activista muy interesante. Es decir, va a ser un libro super potente, es el más cortico en letras, pero va a ser el más político, incluso creo que va a ser más político que Historia política poética posible de Colombia

Pero tuvimos un problema y es que desde que nosotros creamos la editorial, dijimos con Juan, "No vamos a hacer una editorial para publicarnos a nosotros mismos”. Aquí nos vimos en un dilema porque creamos un grupo constituido para presentarnos en el concurso, por ningún lado dijimos que éramos Malevo. Entonces vamos a tener un sello editorial que se llama “Leaf Root”, que va a ser un sello editorial que va a publicar solo temas relacionados con el Gran Caribe, pues porque ya tenemos media patica allí metida, entonces estamos super contentos. 

Silvana: Yo creo que es un libro con una potencia política de verdad increíble. Hace mucho decíamos con mi familia, que no vive en el país, y hablábamos de ese hueco que hay de libros. Yo he venido conociendo más, hay un montón que han salido, de hecho, este año, infantiles muy hermosos, pero ¿que tengan los tres idiomas? Yo creo que no hay. Entonces, ha sido hermoso. Debo decir que el ilustrador ilustró de una manera muy bella la disincronía de la isla y, claro, nosotros tres somos blancos, entonces pues hay todo un tema que me costó, a nivel personal, de colonialismo fuerte, pero que entendimos que nada, hacemos todos un mismo país. Para mí fue hermoso ver que hay dos mujeres que escribieron sobre el libro, que están escribiendo sobre el creole, sobre la vida en la isla que, de una u otra manera, es muy lejana a los “del continente”, como nos llaman ellos, pero que hace parte de nosotros como país, como unidad colombiana. Entonces, yo creo que este libro, que son seis libros en temas de diseño, porque es, para que entiendas, Manuela, es un libro pero son seis libros, unos en tapadura y unos sin tapadura, pero uno está en español, al lado está en inglés y en la parte de atrás en creole. Después otro en creole con inglés y en la parte de atrás español y así hasta crear las tres combinaciones posibles y eso a mí me parece una revolución literaria que es hermosa.

Juan: También lo que mencionaba Alex y es que uno ve un libro álbum y es imagen y luego texto. Y uno dice, pues es muy fácil a nivel de diseño, pero pues este es el libro, yo creo, que más nos ha exigido y que nosotros pensábamos que era el más sencillo y es muy difícil, o sea, ha sido un gallo la cantidad de reuniones, de correcciones, de revisión de estilo. Es muy difícil y yo también quería mencionar la cuestión de que un libro álbum es tremendo también desde la escritura, ¿no? Es algo en lo que yo admiro realmente a Alex porque también uno podría pensar que es mucho más fácil que hacer un cuento o hacer una novela y resulta que aquí uno tiene un guión chiquitico y uno con eso tan chiquito, con tan pocas frases, tiene que dar una idea completamente potente. Uno habla de que una novela puede ganar con puntos a lo largo de la novela y puede ser al final que no funcione tanto. Un cuento tiene que ganar por knockout, pero un libro álbum, mejor dicho, eso tiene que llegar sí o sí en pocas frases para que los niños lo entiendan.

Silvana: Sí, y otra cosa de lo que hablas, Juan, es que es una frase por página que tiene que estar totalmente relacionada con la imagen y la tipografía. Nos pasó que también estuvimos viendo varios libros infantiles, entonces si hay un espacio dentro del cuerpo dentro del cuento, es importante ilustrar ese espacio. Entonces, por ejemplo, hay una parte –spoiler– en donde hay una ausencia, lo voy a poner así para no contar todo, entonces esa ausencia era negro, ¿no? Y era una sola línea que hablaba de esa ausencia y yo decía: "qué hermoso cuando la imagen acompaña el cuento, y ese cuento es una frase". Y ahí yo también admiro muchísimo a Alex, creo que hay mucha admiración dentro de este equipo. Pero yo decía, "Wow, cómo una frase tiene que ser tan diciente y dentro de 24 páginas estás contando un cuento que tiene una sensibilidad muy hermosa”. Creo que ahí Alex es un genio de la escritura y de la escritura infantil, así que nada, muy hermoso. 

Alex: Fíjate, Manuela, que nosotros el año pasado estuvimos trabajando como editorial en Providencia. Estuvimos intentando hacer unos libros que finalmente no salieron, pero estuvimos viviendo allá sin tener en cuenta este proceso que ganamos. Cuando nos lo ganamos fue como: "Hey, todos conocemos el territorio, qué bacano que todo vaya llegando". 

El asunto con los libros es que la imagen no puede decir lo que dice el texto, porque sino sería redundante y simplemente sería un libro pintado y no un libro álbum. Entonces, el trabajo con el ilustrador fue muy demandante porque precisamente había que descubrir esos vacíos, esas cosas inferenciales que proponía el texto y que con la imagen se podían decir. Buscar esa mediación en qué dice el texto y qué no dice la imagen y al revés para crear un corpus que sea coherente cuando se lee, requiere mucho trabajo. El ilustrador es un genio, pero el asunto es que tiene un ritmo caribe, y no solo un ritmo caribe sino un ritmo isleño. Entonces, cuando tienes a alguien trabajando a ese ritmo y tienes estas complejidades, el proceso es más desafiante. No te hemos contado de qué va, porque un libro álbum se lee en cinco minutos, queremos que te sorprendas, pero es un texto que nos tiene bastante contentos. Esperemos que cuando llegue pase lo mejor. 

Por Manuela Delgado y Ana Lucía Ibagón.

 


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