Variaciones del octavo chacra, o la ciencia ficción ontológica de Karen Andrea Reyes

Ciencia ficción Ediciones Vestigio Karen Andrea Reyes Narrativa reseñas Zen´no

Por Lucas Vargas Sierra*

Los límites entre la realidad y la ficción son tan delgados como la membrana de una mitocondria, y la energía que en el intercambio entre ambas se genera bastaría para incendiar el sol. Lo mismo ocurre con la tecnología y la magia, que luego de su divorcio en la industrialización han encontrado siempre escenarios donde fundirse de nuevo. Me gustan esos textos de ciencia ficción donde ambas fronteras se llenan de agujeros, y de ahí que Zen’no conectara conmigo de inmediato.

Por fortuna ese primer chispazo de cariño encontró como reforzarse a medida que avanzaba en la lectura. La prosa de Karen Andrea Reyes es pulida y precisa, capaz de transmitir imágenes y personajes que crecen en la mente del lector hasta invadirle. Su palabra es atinada y arriesgada, consigue metáforas que son a la vez rítmicas e iluminadoras lo que nos arrastra en un conjuro literario que se queda con nosotres cuando cerramos el libro para sumarnos al día. El canto del Zen’no, que es el de Reyes, me acompañó a hacer tinto, a dictar clase, a caminar con Galilea, a dormir junto a María. Por sólo este mérito, una enhorabuena formal que atesoro, respeto y celebro, recomendaría leerle sin duda. Por los méritos que enumeraré a continuación, recomiendo leerle con cuidado, seguir su trabajo, y confiar en que aquí hay una obra que se hará espacio en las estanterías del mañana (si es que hay mañana y en él, estanterías).

1) La estructura de la obra nos ofrece con claridad, pero sin condescendencia la posibilidad de armar el rompecabezas de la trama, comenzando en un punto neutro para avanzar, con una elipsis velocísima, hasta las consecuencias del dominio del Zen’no, y retroceder, con una analepsis final, a sus orígenes en la tercera y última parte. La sencillez de los recursos utilizados no resta su efectividad, porque no es evidente, o mejor, no obliga a hacer evidente la conexión entre las tres partes y las múltiples líneas temporales.

2) La amplitud en el dominio del lenguaje permite que a lo largo del texto discurran escenas escatológicas con distintos grados de desarrollo, de profundización. Desde los intestinos hasta los sesos, pasando por dientes, genitales, lenguas, ojos y pelo, el cuerpo aparece convertido en palabra, y Reyes consigue que esa palabra sea palabra diversa, de múltiples capas, lo que termina sumergiéndonos en los fluidos, los tejidos y las conexiones propuestas.

3) Temáticamente estamos ante una pregunta por la soledad y el deseo, por la tensión entre la soledad y el deseo de sociedades incapaces de establecer entre sus miembros un pacto similar a la ternura o la amabilidad, o sociedades donde la ternura y la amabilidad (lo dice una polilla protagónica) son conceptos superados, dejados atrás en una especie de poshumanismo redentor de fusión con la máquina-magia que cumple todos los sueños. En ese sentido, Zen’no es una lectura desasosegante, no por la fuerza de sus líneas, que algunes podrían considerar violenta, sino por el vacío que pone en manifiesto: el gran agujero negro que portamos en el vientre y que llenamos con toneladas de nada que aumentan su fuerza de gravedad.

Con el 1, 2, 3 ya revelado, sepa quien entre a esta obra que entrará a un laberinto de mística pagana, de tecnología y de deseos, de cuerpos que se modifican para perseguir una perfección no meditada, de drogas entrelazadas con hardware cuyo software está encriptado en el alma de las cosas. Sepa que encontrará relatos cortos, que constituyen episodios, que crean un mundo, y que la creación de ese mundo como personaje y sus circunstancias es el centro de novela. Sepa que habrá una habitación con un nido hecho de cuerpos humanos, y una casa mitológica donde el cerebro de una mujer descansa dentro de un frasco, y una niña de más de ochenta años que se sienta en un planeta desierto y sonríe mientras se quita la escafandra para morir por fin.

Sepa que encontrará la obra de una autora que considero tenaz en sus recursos, fértil en su imaginación, y muy ducha en el oficio de escribir. Una autora que considero uno de los mayores hallazgos de Vestigio y de la que la ficción colombiana puede evanecerse. Este libro durará, o no, pero ya su germen, el Zen’no, se expande por quienes lo hemos leído con asombro, arrobamiento, espanto, maravilla y profundo placer.

 

 

 

 

 

 Zen´no de Karen Andrea Reyes, Ediciones Vestigio. 2020

 

 

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Lucas Vargas Sierra. (Medellín, 1989) Escritor, profesor de literatura, crítico literario y editor. Co-creador y guionista del podcast Ladridos podcast. 

 


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